Nacido en Zamora, España, es licenciado en filosofía por la Universidad de Salamanca y diplomado e Estudios Avanzados en la misma Universidad. Ha cursado además posgrados en las áreas de inmigración, ciudadanía e integración (UNED). En el ámbito profesional desarrolla una importante labor en el campo de la educación social.
El pensamiento filosófico ha sido siempre un saber en duda, cuestionado sobre su utilidad. Esta debilidad permanente se ha acentuado en nuestros días. Ahora bien, ¿es cierto que la filosofía carece de sentido o utilidad en el mundo actual? Nada más lejos de la realidad, intenta argumentar este artículo. La filosofía es un saber para nuestro tiempo como tiempo de fractura y de identidades cerradas. Es un saber de frontera y migrante para el encuentro y la comprensión del otro, para el diálogo y la escucha. Ese es su valor, pero en su camino de conocimiento y comprensión precisa de la literatura. En la propia frontera entre filosofía y literatura reside su sentido. Quizá el pensamiento hecho en español sea ejemplo de ello. En definitiva, ¿existe mayor utilidad para un saber que ser un instrumento para el encuentro y la comprensión de los demás? ¿cómo puede ser la filosofía un saber de tales características?