La reciente literatura historiográfica y la proliferación de los Estudios Culturales dan cuenta decómo y porqué la historia del cristianismo no puede comprenderse si no se especifica la historia de susdiscursos estéticos y sus representaciones simbólicas. En este artículo me interesa destacar el sistema derelaciones entre estética y política en el proyecto del Barroco hispano, especialmente localizo el núcleo‘político’ de la estética católica de la Contrarreforma a partir de la reconstrucción del debate “teológico”que se tuvo acerca del uso de las imágenes religiosas. En primer lugar repaso brevemente la historia delproblema de la legitimidad de las representaciones. Posteriormente, señalo la justificación política de laopción católica por las imágenes como un discurso reactivo al advenimiento de nuevas formas dereligiosidad, principalmente de la iconoclastia protestante y la desmesura barroca.