En este trabajo defiendo que la distribución desigual de bienes que los individuos piensan que objetivamente debieran distribuirse de modo igualitario genera un cierto tipo de envidia o resentimiento que es característico de la igualdad democrática. Dado que esta formulación suena como una objeción en contra de las distribuciones igualitarias, mi principal defensa aquí será el revindicar un sentido de envidia o resentimiento que es específicamente social y político en su naturaleza. Argumentare que el ben social del autorrespeto une la igualdad democrática con ese tipo de envidia. En efecto. Este tipo de envidia emerge en casos en que la inequidad amenace el mutuo reconocimiento que los ciudadanos se deben los unos a los otros